17 diciembre, 2011

Couponing: definición y concepto. ¿De dónde viene?

Esta semana impartí un seminario sobre couponing.
Durante la preparación, he pasado unas cuantas horas investigando y documentándome sobre el tema. No quería dejar pasar la ocasión de escribir mi aprendizaje y conclusiones.

Cuando uno se pone a investigar sobre el boom de una práctica cuyo origen se data a finales del siglo XIX (los señores de Coca Cola con Asa Candler al mando fueron los pioneros), lo primero que hace es preguntarse qué razones han llevado a pensar que los ingresos del sector puedan alcanzar en 2013 4.000 millones de dólares. En qué se justifica, cómo es el negocio, por qué funciona y hasta cuándo lo hará.

Fue muy curioso encontrar un hecho que ha pasado desapercibido pero que a mi entender, tiene una importancia tremenda para comprender el fenómeno del couponing.

En Abril de 2008, se publica en The Independent un aterrador artículo en el que se cifra en más de 28 millones los estadounidenses que han solicitado entrar en el programa de ayudas alimentarias que ofrece el país. 28 millones de americanos suponen casi el 10% de la población. En 2008, 1 de cada 10 americanos no podía subsitir sin los cupones alimentarios estatales.
La mejor jugada de marketing que hace el Gobierno de los Estados Unidos durante la época Obama es, bajo mi punto de vista, el cambio de imagen del "Food Stamp Program" (cuyo origen data de 1960) pasándole a llamar SNAP (Suplemmental Nutrition Assistance Program) ¿A que es genial? Ahora hasta parece que se preocupan para que el americano coma más fruta y verdura.

Mediante este programa, los americanos de bajos recursos pueden comprar utilizando tarjetas llamadas EBT que ofrecen cupones en productos de gran consumo.

Durante el 2008 millones de familias (millones) que obtenían ingresos superiores a los 30.000 dólares, se veían en la obligación de ponerse en la misma cola del centro de ayuda social que las personas que viven en la calle, no tienen trabajo, o simplemente, no llegan a fin de mes. El Gobierno americano decide cambiar el discurso y quién sabe, para salvoproteger la evidencial caída libre de la economía, decide comenzar a hablar de "nutrición", de "asesoramiento alimentario para comer sano" "velando por la salud" y limpiando así la vergüenza del americano medio que seguro al igual que usted y que yo, lucha por no querer creerse eso de que no puede pagar lo que se lleva a la boca.

Durante el 2008, SNAP cifra el gasto anual del programa en 82,7 mil millones de dólares. Ese mismo año, el PIB alcanzó la cifra de los 14,6 billones de dólares.

¿Destinar el 1,7% del PIB a una ayuda social?
¿En Estados Unidos?
¿Pero esto no lo hacía el sector privado?
¿Desde cuándo somos Europa?

(Nota del Autor: algunas de las preguntas que se haría el señor Obama al ver las cifras.)

Casualidades de la vida, o no, en verano de 2008, nace nuestra querida Groupon. Otros son los lugares donde se habla estupendamente bien del caso, con entrevistas y gran documentación. Yo sólo reflejaré algunos datos:

- Entre 2008 y 2010, pasó de 300 a 10.000 empleados.
- Accedió al mercado de 45 países  en 16 meses.
- Rechazó la oferta más grande de la historia, en la que Google quiso adquirirla por 7.000 Millones de $
- Su facturación en el primer trimestre 2010 fue de 3.000 Millones $

Sin embargo, llega a bolsa, y en 3 días pierde el 30% de su valor... aún sigue sin recuperarse. ¿Por qué?

Groupon ayudó a lidiar con la demanda de cupones en Estados Unidos. Hasta me atrevería a decir que compañías como Groupon o LetBonus han salvado parte de la ruina americana.  Hoy en día tenemos un fenómeno social llamado "Coupon Divas" que la Universidad de Arizona se ha encargado de tipificar (mujer blanca, 34 años, ingresos de 40.000 dólares y muchas ganas de enseñar a otras mamás cómo comprar más y mejor), y hasta tenemos un Tv Show que hace las delicias de la sobremesa americana.

Sin embargo, esto no es para todo el mundo. Al menos así lo entendí después de leer un artículo en Forbes, donde hablaba de un concepto tan básico para los que estudiamos economía, y tan lejano para (según parece) muchos de los pequeños comercios que quieren llegar a una audencia que no conseguirían jamás por métodos promocionales más ortodoxos. Este concepto se llama Curva de Costes Marginales.

Curva de Costes Marginales.
La curva de costes marginales viene a decir que para determinado nivel de producción, el coste asociado a producir una unidad más es decreciente. A partir de cierto nivel (punto de inflexión de la curva) Ese coste se convierte en creciente.
Si por ejemplo tengo una panadería con un gran horno y sólo pongo una magdalena, el coste de producción se asocia a esa magdalena al completo. Si meto dos magdalenas en el horno, el coste de producción de cada magdalena se divide por dos... y así hasta llenar el horno de magdalenas. Producir una unidad más siempre haría que el coste asociado a cada magdalena fuera menor.
Sin embargo, imaginemos que ahora quiero producir más magdalenas, y en el horno ya no me caben. Y decido comprar un nuevo horno, que igualmente tiene un coste, consumen electricidad... El coste de pasar a producir una unidad más aumentaría, y por tanto, aumentaría el coste asociado a la fabricación de cada una de las magdalenas.

Bien, volviendo a los cupones, la práctica nos dice que es muy pero que muy sencillo, pasar de una demanda de 20 docenas de magdalenas, a que al día siguiente tenga que fabricar 250 docenas.
Viendo la curva, ¿qué me pasa si me muevo de manera extrema hacia la derecha del eje llamado "output"? ¡EUREKA!  Me arruino.

Este ejemplo, que dio lugar al conocido caso real "Groupon casi acabó con mi tienda de magdalenas" es la demostración más evidente del que, para mí, es el error más garrafal cometido por Groupon cuando declaró su intención de querer dinamizar y llenar de cash los negocios locales. Una irresponsabilidad si me lo permiten, que podría generar el descalabro del comercio minorista. Y por qué no, quizá esta sea una de las razones de la desconfiaza de los inversores. Seguro que hay cientos de razones alrededor, es un mundo con un sinfin de variables.

Pero, hay una cosa importante: sólo las economías de escala, y aquellas grandes cadenas de distribución y producción que puedan manejar altos volúmenes manteniéndose en la parte decreciente de sus costes marginales, pueden beneficiarse en el medio plazo de esta práctica de marketing que incorpora un nuevo modelo de negocio en internet. Sólo los grandes señores pueden soportar esos picos de demanda. Una tienda de barrio no, un negocio local sigue contando con costes que el mundo online no contempla. Y de ahí yo he aprendido dos cosas:

- Cuidado con hacer a la ligera la fusión del online y el offline en el B2B.
- Al final, donde te la juegas como marca es en dos lugares: Google y en el punto de venta, donde esa persona llega a canjear su cupón y hay que decirle que hasta dentro de 4 meses no podrá disfrutar por estar cubiertas todas las noches del balneario...

Y es que otra cosa son los modelos basados en la ofta de cupones de servicios, donde el consumo puede dilatarse en el tiempo y gestionarse. En España, que ya se contaba con antecedentes, es el modelo que más ha proliferado. Las estupendas cifras del comercio electrónico abren una puerta a convertir los sites de cupones en espacios donde el tráfico crece como las setas, e incluso plantear modelos publicitarios mucho más atractivos para webs que necesitan rentabilizar visitas.

Google está pendiente, y lo dice en Zmot. El tercer paso que da un usuario cuando busca un producto en la web es buscar descuentos, promociones y cupones... Quién sabe si en breve, esa pestañita que hoy dice "shopping" no es mañana "couponing".

En fin, me dejo un montón de aprendizajes sobre couponing pendientes de compartir. Ahondar en el perfil del consumidor, en las cifras de consumo, en casos españoles como el de mi amigo César de www.cupoon.es 

Es que el seminario es de 4 horas. Imposible ponerlo todo en un post.

30 septiembre, 2011

Una mudanza

Apenas necesité una furgoneta. Sólo tenía una cama, algo de ropa y unas cacerolas que mi madre había ido comprando con los cupones del Caprabo.

Estuve unas semanas comiendo con una caja de cartón a modo de mesa. Y una tele pequeña, de 17 pulgadas, sin señal de antena pero que hacía redonda una estancia que tardó un par de estaciones en resultarme cálida.

He convertido un espacio en un tiempo. He presumido de belleza. He vertido mis sueños por el hueco de la almohada y amado, he amado tanto, que espero que sólo fuera el principio de mi carente sobra de amar. Por estas esquinas he dejado retazos de una piel ya mudada y radiante.

Hoy el día es fresco. Están tardando poco. Veo salir mi vida sentada en el sofá. Veo como este espacio se vacía. Se vuelve a llenar de ausencia y mi presencia imagina mi nueva felicidad. Veo pasar todos los objetos, uno a uno. Veo que mi vida se va sin mí! O yo con ella, o yo en ella.

8 años de felicidad. Empezamos. In šāʾ Allāh.

20 junio, 2011

Paradojas de pensamiento

No puedo evitar percibir la contrariedad. Me considero persona reflexiva y en estos tiempos, no hago más que darle vueltas a conceptos dispares que se defienden bajo la misma bandera.

Y quizá eso sea hoy el progreso, que consigamos la contrariedad de replicar las paradojas. Podría darse el caso de que consiguiéramos eso de global/local y progreso/involución al mismo tiempo. No habríamos estado nunca tan cercanos a las alternancias cuánticas del nunca y el siempre que conviven en el mismo lugar y son igualmente reales.

Hoy salimos a proclamar en fin de una era y el inicio de otra, sin saber cómo debe ser y quién sabe, quizá tampoco haga falta que lo sepamos. Sin embargo me preocupa la falta de pensamiento reflexivo. Acusar al que no actúa porque piensa, es lo mismo que interpretar que la política del cambio no requiere en primer término de un cambio de pensamiento político y por tanto, una reflexión hacia el cambio del pensamiento en sí mismo. El talibán no nace por radicalidad, sino porque su propio conocimiento le hace ignorante de un mundo más globalmente concebido.

La acción repercutida sin haber sido previamente reflexionada es inócua, volátil y dispara el efecto colateral de la ecología de la acción. Pero en cierto modo, la corriente necesidad de la medición, hace que la no acción no sea tenida en cuenta, por no poder (volviendo a la paradoja) cuantificarse el movimiento estático.

Y entre toda esta vorágine, me encuentro con acciones desbocadas sin un razonamiento congruente, con acusaciones que me hacen replantearme si mi yo y meta yo tienen alguna coherencia; manifestaciones de acciones que con toda la verdad piden un reparto igualitario de poder y riqueza, sin ser conscientes que la equidad del recurso es la primera regla del modelo neoclásico económico y de pensamiento contra el cual, protestan y argumentan la pena capital.

A veces pienso que puede que ése sea el nuevo camino o la Nueva Vía. A lo mejor, ahora esto va de poder estar en el blanco y en el negro y querer acabar con todo al mismo tiempo. Quizá ése sea el verdadero cambio.

Yo, sin embargo, necesito reflexionarlo.

03 junio, 2011

En el McDonald

No sé si han visto el logo, han hecho como una @ pero con la m. McDonald se ha hecho redonda, y permite entre muerdo de BigMac y patata hipersalada, escribir un post sobre el lugar.

Me hallo en el McDonald de Moncloa, y alucino cada vez que vengo a este lugar. Tengo recuerdos de él a los 5, a los 10, a los 15, a los 20.... cada vez es algo distinto. Me gusta mucho el rediseño de servicios y espacios que ha hecho. Algunos detalles:

- Doble puerta de entrada: El McDonald está en los bajos de Moncloa (hubiera incluído link explicativo, pero no hay referencia web que lo cuente. Resumiendo: zona de copas que en los ´80 ´90 hizo mucho ruido). Para quien no lo sepa, este lugar en Madrid siempre ha sido un poco movidito, sobre todo los fines de semana. Antes había muchas movidas heavys/cabezas rapadas. El espacio era foco de reclutamiento. Antes no había doble entrada; ahora la puerta exterior es de vidrio, y automática. Así bloquean la entrada y la salida cuando quieran. Seguramente una de las cámaras esté apuntando a lo que pasa "en la entrada" Es sutil, pero es medida de seguridad.

- Pedidos en box automáticos: hay 4, interfaz hipersimple. Pago con tarjeta. Han habilitado un mostrador especial sólo para los pedidos hechos en estos box. Desde que se inicia el proceso de compra, hasta que te dan la bandeja pasan máx 3 minutos. No entiendo las colas del pedido en el resto de cajas. Bienvenido a la reconversión del concepto "cajera"

- La madera, esa calidez: Tooodo simula la madera, revestimientos, mesas, paredes. Suavizan los rojos y permiten un juego de luces más natural. Tiene más pinta de restaurante de comida rápida que de McDonald. Oh, wait...

- Espacios diáfanos, pero íntimos: Antes todo era diáfano. Ahora han incorporado muebles que tienen listones de madera horizontales y simulan persianas de bambú entreabiertas. Facilitan la creación de "miniespacios" El lugar resulta menos ruidoso, y no por qué haya menos ruido, sino por que visualmente, tienes la percepción de estar en un lugar más acogedor.

- Iluminación sosegada: luces indirectas, a medio gas. Los ventanales permiten la entrada de luz natural, por lo que la internamente la luz es como la que tenías en el cuarto cuando tenías que estudiar. Un poco más intensa a la hora de iluminar espacios rojos, uno de los colores de la casa. El amarillo desaparece de la decoración.

- Distribución de mesas: ahora son fijas, las mesas para dos están muy pegadas unas con otras. Estés donde estés sentado, siempre verás a personas consumiendo. Los asientos de taburete, estratégicamente situados, están a la altura perfecta para que yo, sentada, les vea. Y además les veo cómodos, charlando. McDonald ha convertido comer en taburete en una cosa ... cómoda!

- Ahora se viene a tomar café: el señor de al lado, ese que digo que está pegado a mí, se está tomando un arábico con nata montada. Su compañero, un café sólo. La hamburguesa es anecdótica. Venir a tomar un café al McDonald... Ah! El de enfrente, está tomando una ensalada.

- Ante todo somos sanos: el papel de bandeja incita a tomar fruta. Cuenta que la mitad de los postres de la casa son fruta. Queremos que los niños coman fruta. Hasta el texto está incluído en un fondo con forma de manzana...

- Sensación de ¿limpieza?: llevo media hora aquí, y ya he visto a 3 personas de la limpieza, recoger basura, barrer a mi lado, retirar bandejas, pasar la mopa. No utilizan ambientadores. El olor sigue siendo... a McDonald.

- Sensación de seguridad: Lo único que es más visible que la M redonda, son las señalizaciones de extractores, boca de incendios, alarmas y salida de emergencia.

¿Experiencia? Nunca pensé hacer un post de un lugar en el que me encontraba. Al sentarme me dieron ganas. Me permitió evadir la mente. Me ha hecho sentir agusto y querer pasar un rato largo en el lugar.

Siguiente paso: incluir la interfaz del box de pedidos en las mesas, así no tendría que moverme para pedir un McFlurry, digo, el postre.

14 mayo, 2011

Educación: ¿competición? Yo creo que no.

Me gustaría reflexionar en voz alta, y me encantaría saber que opina el mundo, porque no sé si estoy al revés, si mi visión es errónea o incorrecta o simplemente, tengo un punto de vista muy distinto a la mayoría. Expongo mi punto de partida: no entiendo por qué cuando se habla de educación, se habla de mercado formativo. Me explico.

Hace pocos días he hecho un alto en el camino. Con el tema de la escuela en los últimos dos meses he conocido personas, proyectos.. Si bien hasta el momento entendía que la formación era un mercado, con oferta demanda y agentes que compiten, hoy tengo serias dudas al respecto. Sólo contemplo la formación profesional privada en el análisis porque la pública realmente no tengo ni pajolera idea de cómo es, si funciona si no funciona... si alguien que lea esto sabe del tema, por favor un comentario al respecto contándome cómo va.

Por un lado, mi cabeza aglutina las escuelas de negocio como EOI, IE, IESE, ESADE ect... Las veo como en una competición por temas de rankings etc que si bien tampoco entiendo, de alguna manera las veo jugar a otra liga. Digamos que en mi visión las escuelas de negocio juegan a baloncesto (por ejemplo) y bueno, pues ahí están ofrecen partidos, unos más chulos que otros.. pero quien decide optar por una escuela de negocio, sabe qué tipo de formación recibirá y qué cosas podrá aprender.

Por otro lado, veo la formación de escuelas de diseño, audiovisual innovación y formación de este estilo, como IED o Tracor que ofrecen una formación muy concreta y definida, a un público que entiende qué va a estudiar y cómo va hacerlo. Para quien quiera aprender sobre estos temas de comunicación, diseño, creatividad etc desde un punto de vista más técnico o como una formación profesional concreta, tiene cosas interesantes.

Por otro lado hay iniciativas formativas o espacios que están empezando a ofrecer formación de todo tipo, como Utopic School, CIBBVA, Ciball, Camon... espacios donde uno puede formarse en cosas diversas, a veces haciendo un taller, otras asistiendo a ponencias, charlas, encuentros... a veces se paga, a veces no.... bueno, si estás en el mundo de la creatividad, la innovación, el diseño, la comunicación o simplemente te mueves un poco, hay un montón de cosas que puedes hacer muchas de ellas muy chulas.

h2i estaría un poco alejada de los anteriores, pero no porque yo diga oh mi proyecto es el mejor y no tiene nada que ver con los demás, sino porque dada su estructura su contenido y su metodología, es distinta. Es una formación que elegirá alguien que no quiere, por el motivo que sea, optar por los anteriores, o bien, quiere complementarlas con otro tipo de formación y otro tipo de contenido.

¿Estoy compitiendo con la oferta formativa actual? Mi mente dice un NO rotundo. En educación no se compite, se suma. No podemos caer en la simplificación de que algo tan importante como la educación y la formación (cualquier que sea) se rige por reglas de un mercado competitivo. Porque lo que estaríamos haciendo sería insultar a la propia sociedad que entiende la educación como un servicio universal.

Las escuelas, los centros de formación, los espacios formativos, los profesionales cualquiera que sean que estén vinculados al mundo de la educación, deberíamos tener esto muy claro: prestamos un servicio a la sociedad, y toda la oferta formativa es poca. Y todos sumamos. Y todos ganamos. Esto no va de copiar ni de joder al de al lado, esto va de que hay que empujar a que este país salga adelante.

Me chirria profundamente cuando escucho comparaciones del tipo "son competencia" o "compiten por los mismos alumnos" o cosas así... Entiendo la preocupación de tener que cubrir costes estructurales para salir adelante: pues claro, qué me vas a contar. Pero hoy por hoy, deberíamos preocuparnos por construir formación potente y de calidad y menos por la comparación mutua. Porque entonces nos líamos. Centrarse en hacer bien las cosas, en informarse de lo que hacen otros para poder orientar a quien te pregunta "¿dónde me puedo formar para...?"

Me gustaría (y quizá suena onírico pero es como pienso) que fuésemos capaces de tirar juntos de un carro que es un 20% de paro, una generación de jóvenes que no saben a dónde ir, un país que no acaba de ser productivo, una industria donde el I+D tiene problemas para....


27 febrero, 2011

Lo digo en serio.


Tengo ganas de declarar la verborrea endémica.

Tengo ganas de que se acaben las tonterías de los personajes de moda, de dejar de girar en un círculo que hace de su huella un surco; surco profundamente inútil que no alcanza a ver el piso y si lo hace, le llena a uno la nariz de polvo y humo. De polvo y humo. DPH. (Espera "social" queda mejor: de social polvo y humo. SDPH.)

Tengo los ojos abiertos en exceso por culpa del asombro. Tengo el criterio confuso por culpa de la modernidad. ¡Escribo "competencia" y me siento de otro siglo!. No digamos si me da por hablar de PNL, de querer trabajar las creencias cuando me hablan de un proyecto de innovación, de citar autores como Whitmore o Kotter. Estamos infoxicados, aspiramos a modernetes y nos sentimos earlyadopters. Y ya si eso, que los cutres se encarguen de facilitar la vida al cliente y su toma de decisión. (¿Ves? se me escapa) Perdón, al fan del nicho.

Todo es on. On fire, on site, on line. Se descuida lo cotidiano. Se nos olvida la paridad de un dólar por un saco. Se nos olvida que esto va de generar valor y no de valorar lo generado.

Hay ruido. Mucho ruido. Disciplinas que deberían estar evolucionando se están quedando apartadas, ¡marginadas! El otro día en el súper pensaba "pobres lo de marketing que se dejan la piel en el punto de venta, ¡hoy no les escucha ni Dios!.

Estamos confundidos. La parte que me toca, la innovación... madre mía. Qué descuido. Qué insolencia. Qué cosa.

A mí me da pena. Porque vengo de un mundo donde se ayudaba a la gente a pensar. Vengo de una disciplina donde se hablaba de disrupción sin caer en sota, caballo y rey. Vengo de una definición de innovación cuya parte tecnológica es apenas una variable en la ecuación. ¡Lo escribí en 2008! Es que lo leo y se me caen las lágrimas.

Por eso he decidio volver a la ortodoxia. A lo simple a lo puro, al origen. A trabajar en innovación sí, pero con las personas, con sus capacidades, con su actitud, con sus habilidades. A formar, a revivir pasiones. A ver cómo brillan los ojos. A sentir cómo se acelera el corazón ante una pregunta sin respuesta.

Me voy a desaprender y a re-educar. ¡Qué alivio!.

Ah sí, lo haré dirigiendo el h2i.

13 febrero, 2011

Las despedidas no son tristes...

Lo que es triste es no saber a dónde ir.


Con la tontería llevo ya diez años en esto del laboro, de los cuales, cuatro han sido los más maravillosos de mi vida profesional. Fue la época en la que era consultora de innovación. Me apasionaba mi trabajo. Me apasionaba mi vida.


Tanta pasión y absorción laboral, unida a una falta de gestión de mi vida pasada, propiciaron mi mayor crisis personal hasta la fecha. Me tiré ocho meses levantándome de la cama gracias a seis pastillas al día y dos sesiones de psicólogo a la semana.


Tuve que parar. Tuve que reflexionar sobre mí, sobre quién era, sobre qué quería ser.


Decidí abandonar eso que me había causado tanto agotamiento y comencé a destinar mi tiempo a proyectos que no tuvieran mucho que ver con lo que había hecho con anterioridad. En este periodo que ha durado año y medio, he hecho un poco de todo. Creo recordar unos 6 proyectos en paralelo, a pesar de los que creen que no tengo capacidad de iniciativa o capacidad de buscarme la vida. (Sí, necesitaba soltar esta pullita, perdonadme)


Tomé este periodo “lejos” de la innovación porque necesitaba oxigenarme, probar otras cosas, conocer mis capacidades, saber qué se me da bien y qué no. Desde el 2009 he cumplido con los proyectos en lo que me he incorporado sin apasionarme por ninguno de ellos. No quisiera confundir pasión con compromiso: no confundir cumplir con mis obligaciones con cumplir con las expectativas de los demás.


Tras estos dos años, he llegado a una conclusión: sigo necesitando la pasión para vivir. Y nada de lo que he hecho en este año y medio ha sacado la Alicia que llevo dentro.


Obviamente esto me lleva a hacer todo lo posible para que mi día a día se adecúe a eso que me hace sentirme apasionada por una vida que no olviden, sólo se vive una vez.


Darte cuenta de que no estás en el lugar que quieres estar y actuar en consecuencia no supone, a pesar de lo que muchos puedan pensar, una falta de compromiso; simplemente es un valiente acto de sinceridad.


Abandono el proyecto EOI con la mayor de las alegrías. Con el mayor de los respetos y agradecimiento por un grupo de personas que creen fielmente que son capaces de cambiar el mundo y que tiene muy claro qué hacer y cómo hacerlo.


Dejo una Escuela de Negocios que me ha dado lecciones como colectivo. Dejo un equipo de formación excelente y un equipo de marketing y comunicación que me ha permitido ser y aportar todas las locuras que se me han ocurrido en el camino. Dejo a un grupo de personas excepcionales. Un trocito de mí se queda en esta Escuela, no cabe duda.


Lo hice lo mejor que supe, lo mejor que pude. Pero no es mi lugar.


Ahora toca retomar aquello que un día me hizo feliz, y que espero vuelva a sacar la mejor versión de mí como persona, como compañera y como profesional.