10 agosto, 2007

La Comisión Europea alerta de los riesgos del cambio climático para los pueblos indígenas

Fuente: el mundo.es

La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, advirtió de que el cambio climático es una "amenaza" para la subsistencia de las poblaciones indígenas en todo el mundo. Según la Comisión Europea, el calentamiento global está alterando el entorno natural de estas poblaciones, "que tradicionalmente establecen un fuerte lazo con la tierra y el resto de seres vivos". Entre las amenazas se encuentran "la subida del nivel del mar, la desaparición de los glaciares y la desertificación de tierras que antes fueron ricas en recursos", según la comisaria. La Comisión Europea insistió en la necesidad de aprobar en la ONU una declaración universal de los derechos de las poblaciones autóctonas, iniciativa que se anunció por primera vez en 2003.
En España, Rafael Soriano, subdirector de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) recordaba que los indígenas son 40 millones de personas que son "especialmente vulnerables" y señaló que estos pueblos son objetivo de los proyectos de la AECI, entre otras cosas porque su realidad está muy lejos de los derechos que les protegen.
Día mundial de las poblaciones indígenas
En la víspera de la celebración del año pasado del día mundial de las poblaciones indígenas, el entonces secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, declaró que: "resta mucho por hacer para aliviar la pobreza que afecta a los pueblos indígenas; para protegerlos de las masivas violaciones a los derechos humanos; para acabar con la discriminación que, por ejemplo, obliga a muchas niñas indígenas a abandonar sus escuelas".
Actualmente se estima que hay más de 370 millones de personas en 70 países. Muchas de ellas soportan la falta de servicios básicos de salud, tienen acceso limitado a la educación, pierden el control de sus tierras y viven en la marginalidad económica y social.

Este es el caso del pueblo ayoreo-totobiegosode, de Paraguay, que se ve obligado a huir constantemente de la deforestación de sus tierras, como ha denunciado Survival Internacional. Esta ONG entregará 57.000 firmas de apoyo a este pueblo en las embajadas paraguayas de Londres, Madrid, París, Berlín y Bruselas.
Miguel Ángel Ser, responsable de difusión de Survival Internacional, y con relación a los Ayoreo, señaló que "Es curioso, pero después de tantos años luchando, seguimos teniendo los mismos problemas de siempre. La caoba, el petróleo, los cultivos de soja, todo va para Occidente. Los pueblos indígenas están explotados por nuestro modo de vida".
Del Ser también señaló que "aunque se consiguen avances en la legislación, las leyes no se aplican". Puso como ejemplo el caso de los Bosquimanos del Kalahari, a quienes el Tribunal Supremo de Botswana reconoció la titularidad de sus tierras en diciembre de 2006. "Hoy siguen acosados por los furtivos y están siendo perseguidos porque bajo el suelo en el que viven hay diamantes".
Según esta organización existe un serio peligro de que muchas de esas poblaciones se extingan. Para Survival, los pueblos más amenazados son los Jaragua (unas trescientas personas) de las islas Andamán, en el Índico, entre Myanmar e India; los Bosquimanos del Kalahari y los Akunsu, de la Amazonia brasileña. De esta población, sólo sobreviven seis personas.
Otras ONG también recordaban la penosa situación de los indígenas. Ayuda en Acción, que trabaja en la Amazonia ecuatoriana, denunciaba la imposición de una medicina moderna, que ni entienden ni va con sus creencias, frente a la tradicional, que se está perdiendo. También Manos Unidas trabaja con indígenas de Brasil. Desde la ONU se exigió una Declaración sobre los Derechos de los Indígenas universal.

Vacas, cerdos, guerras y brujas_Marvin Harris

Ultimamente, aunque siempre ha sido una inquietud que ha venido pegada a mí, me he interesado por la antropología no pedante, es decir, aquella que uno puede leer de carrerilla, sin quedarse atascado en la pág 3 y no poder avanzar por cansancio supino.

En esta ocasión, me gustaría hablaros de un libro editado en Alianza Editorial llamado "Vacas, cerdos, guerras y brujas" de Marvin Harris.

Harris (1927-2001) fue un antropólogo que formuló una teoría llamada "materialismo cultural" corriente sociológica que postula que tanto los cambios como la morfología de una cultura dependen de los cambios materiales que ésta sufre. De este modo, según la wiki, "El materialismo cultural es entender la evolución y configuración de las sociedades a partir de sus condiciones materiales
En el libro "vacas, cerdos, guerras y brujas" el autor procura dar respuesta a preguntas tales como ¿por qué un tabú religioso prohíbe a judíos y musulmanes comer carne de cerdo? ¿cuál es el motivo de que los hindúes adoren a las vacas? ¿por qué existe el machismo o la belicosidad en ciertas culturas?
La verda es que lo recomiendo encarecidamente. Me recuerda mucho a algunas reflexiones que encuentro en otro libro llamado "el economista camuflado; la economía de las pequeñas cosas" de Tim Hardford, dónde el autor nos da respuesta a muchas cuestiones sociales desde el punto de vista económico. Por qué un café en es Star Bucks vale 3 euros, por qué los chinos explotados en las multinacionales amercianas en verdad están eligiendo la mejor alterrnativa a su alcance, o por qué la escasez es el poder.

He leído algún post donde se recomienda su lectura en inglés, dada la carencia de la traducción al español, pero lo leas como lo leas, es un libro ameno, donde micro y macroeconomía se funden para dar al lector ajeno al mundo económico un entendimiento total sobre la economía que rige el mundo, y lo cierto es que amplía mucho las miras de la persona que lo lee.

Asi que, esta es mi recomendación cultural de hoy!

02 agosto, 2007

Los países del Este cuestionan los planes ambientales de la UE


Fuente: ANA CARBAJOSA - Bruselas - 02/08/2007 (ELPAIS.ES)

Los ambiciosos planes de Bruselas para luchar contra el cambio climático se han topado con la reticencia de los países del Este de Europa, que no están dispuestos a sacrificar su crecimiento económico para luchar contra el calentamiento del planeta. Hasta seis de los nuevos miembros de la Unión Europea han decidido llevar ante la justicia europea los planes de comercio de emisiones de gases contaminantes comunitarios que fija Bruselas para cada país.


Los países del Este consideran que el ambicioso plan medioambiental comunitario limita su desarrollo frente a los antiguos miembros de la Unión. "Resultará muy difícil reducir la desigualdad entre los nuevos y los viejos miembros de la UE con estas obligaciones de reducción de emisiones", indican fuentes diplomáticas polacas.
Los 10 nuevos miembros pelean, además, para negociar a la baja las reducciones de emisiones a las que deben comprometerse a partir de 2012, fecha en la que expira el Protocolo de Kioto. "Si queremos ser líderes en la lucha contra el cambio climático, no podemos dar una imagen de división", explica Barbara Helfferich, portavoz europea de Medio Ambiente.
Fuentes diplomáticas comunitarias no ocultan el malestar ante la actitud de los nuevos socios, que "se han dado cuenta de su fuerza cuando actúan como bloque. En las negociaciones ambientales utilizan los mismos argumentos que los países en desarrollo o que China: de ricos frente a pobres".
Mediante el sistema de comercio de emisiones, puesto en marcha en 2005, Bruselas adjudica a los Gobiernos una serie de derechos de emisión de dióxido de carbono que, a su vez, las capitales distribuyen entre las industrias. Si los empresarios exceden el máximo permitido deberán comprar en el mercado nuevos derechos de emisión. Este coste económico es el que algunos países del Este de Europa consideran que pone en peligro su competitividad.

La Comisión Europea estima que en la primera fase de puesta en marcha del sistema 2005-2007 fue excesivamente generosa en el reparto de derechos, y decidió para la segunda fase 2008-2012 rebajar -en un 25% respeto de lo que piden los 10 nuevos Estados miembros- las concesiones. En este segundo periodo, el Ejecutivo comunitario planea además subastar los derechos de emisión y no otorgarlos gratuitamente como hasta ahora.

Bruselas calcula que durante los dos últimos años otorgaron un 20,6% de derechos más de los necesarios, lo que saturó el mercado de emisiones, que vio cómo se desplomaban los precios. Según las previsiones el sistema de comercio de emisiones contribuirá en un 40% a lograr los objetivos de reducción que fija el Protocolo de Kioto.
Letonia ha sido el último país que esta semana se ha subido al carro de sus cinco vecinos del Este, que han demandado o anunciado su intención de llevar los planes de comercio de emisiones de la Comisión ante la justicia europea. "Hemos decidido acudir al Tribunal Europeo de las comunidades europeas", anunció el pasado martes el primer ministro letón, Aigars Kalvitis. Después explicó que el cierre de la central lituana de Ignalina obligará a Letonia a emitir más gases contaminantes, procedentes de otras fuentes de energía. Junto a Letonia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, República Checa y Estonia consideran que la adjudicación de derechos de emisión de CO2 de la Comisión Europea es insuficiente e impide sus planes de desarrollo económico. Bruselas asegura que ha tenido en cuenta todas esas circunstancias, incluido el cierre de centrales, a la hora de asignar los derechos de emisión. "Estos países tienen que entender que su economía acabará por beneficiarse si emiten menos. Serán más competitivos cuanto antes adapten su tecnología", sostiene Helfferich.