Me gustaría hacer una pregunta, pero por favor, no busques en google si no sabes la respuesta. Simplemente di "no tengo ni idea" Y si no la sabes, pregúntale a tu madre/padre/abuelo/a. NO A GOOGLE!
¿Tus padres nacieron entre el 1940 y 1955 (más o menos)? Si es así, la pregunta es:
¿Sabes lo que era un "Galli Mainini"?
Sólo se puede responder afirmativamente a esta pregunta si en casa habéis cultivado el aprendizaje narrativo. Sí, eso de adquirir conocimiento porque los mayores te cuentan historias; aprender de la experiencia pasada, que a su vez, viene asociada a un recuerdo, una emoción... Qué sórdido ¿verdad?
Difiero, mucho, de lo que últimamente se ha dicho sobre aprendizaje y tecnología. El otro día, escuché a algún que otro ponente en el Global Education Forum decir que los estudiantes utilizan herramientas del Siglo XXI durante la mayor parte del día, y cuando vuelven a la escuela utilizan herramientas del Siglo XIX.
Desconozco cuando nació la confección de mi cerebro (la única herramienta con la que cuento para transformar conocimiento en comprensión y aprendizaje). Creo que fue hace unos 200.000 millones de años. Evoluciona significativamente cada 40 millones de años más o menos. El cacharrito con el que escribo este post será obsoleto en 12 meses. ¿Me estoy explicando?
Es decir, la herramienta no del siglo pasado, si no de la era pasada, la llevamos dentro, no es culpa del Estado o del Sistema.
La innovación en los sistemas de aprendizaje no dependen de la tecnología aplicada, sino de la experiencia sensorial que provoca dicha tecnología. Esto supone que si queremos hablar de innovación en el aprendizaje, debemos volver al origen de los sistemas de aprendizaje cognitivo, y entender que las herramientas o metodologías deben ir destinadas a proporcionar experiencias vitales. Emociones asociadas a conocimiento. Emociones asociadas a "eurekas". Emociones. Emociones. Emociones.
Cosas que nuestro cerebro primitivo tenga capacidad para retener. Y, hasta dentro de unos 40 millones de años, sólo podemos retener y aprender de aquello que nuestro cerebro puede asociar una emoción. Lo dije en Innosfera, lo defenderé en cualquier foro, lo diré hasta que me muera.
El otro día, comiendo con Anita y Humberto, me hablaron de una metodología de aprendizaje realmente innovadora que no utiliza cacharros, ni cosas de 3 siglas... Es un proyecto finlandés llamado Team Academy. En Euskadi se está haciendo algo parecido. La idea es simple: sales del instituto (edad de cerebro casi reptiniano y receptivo) y en vez de ir a la universidad, te vas a una academia donde deberás, junto con 20 personas que no conoces, montar un negocio para que en 3 años, hayáis facturado lo suficiente para poder iros a dar la vuelta al mundo.
No hay temarios. No hay contenidos. No hay profesores. Hay mentores que guían. No hay aulas, el edificio se alquila a las "empresas" para que tengan una sede social donde reunirse y recibir a clientes. Experiencia, emprendimiento... emociones. Por algo Finlandia es como es.
Con un poco de suerte, en enero me voy a conocer este lugar y su metodología. Con un poco de suerte, centramos el tiro. Abrimos el foro a la experiencia. Con un poco de suerte, le preguntarás a tu madre que era un Galli Mainini.
Respondo: "No tengo ni idea lo que es un Gailiqué!?"
ResponderEliminar¡Salvado! Mis padres nacieron entre 1912 y 1927; yo no fuí... a mi no me mires, que no tengo la culpa
;))
Hace un tiempo, otro intenso post tuyo (sobre las brechas cualitativas intergeneracionales) me inspiró un "comentario" que necesité 3 o 4 días para madurarlo y hacerlo desde un post desde mi blog (Carta Abierta a Alicia Chavero),
Me vuelve o suceder lo mismo. Si tuviera que darte una conferencia de 2 horas sobre este post, o pudiera escribirte 15 páginas A4... quizás no tendría que pensar tanto para expresar mi parecer... Pero necesito reflexionar y madurar lo que siento sobre los intensos y EMOCIONANTES interrogantes que abre tu post.
Ahora tengo que dejar de escribir esto porque tengo que buscar algo en Google.
:b