01 mayo, 2009

Pasemos de la innovación, a la transformación

Llevo tiempo teniendo ganas de publicar una conclusión a la que he llegué uno de esos días de babia intelectual. Sí, ése momento Forrest Gump en el que estás mirando al cielo sentado en un banco comiendo bombones, y de repente sueltas un "eureka" que primero quieres cotejar con el resto de la humanidad.

Cada día que pasa, pienso que debo quitarme el lastre de definirme como "consultora de innovación" Creo que comienza a ser un bulo, una farsa, un mal menor. Ahora he comenzado a entender que esto no va de innovar o de tecnologuear. Esto va de transformar radicalmente nuestros esquemas de pensamiento, y nuestro modo de entender lo que nos rodea.

La vida, la época actual, las cosas en general, cambian. Cambias tú con el paso del tiempo, cambian tus aspiraciones, cambian tus ideas. Ves crecer a tus hijos y te das cuenta de que el tiempo pasa, y no puedes hacer nada por evitarlo.

En la empresa y las instituciones sucede igual. Estamos en un periodo que seguramente, cuando tengamos 80 años, diremos que fue histórico. Una energía mundial ha comenzado a girar, los valores han comenzado a cambiar de verdad. El poder ya no es de los demás, el poder ha vuelto a nosotros. Ahora queremos elegir, queremos soñar, queremos vivir. Ahora, en el puesto que ocupamos en una organización, buscamos libertad de actuación, buscamos ser felices, buscamos compaginar nuestras aspiraciones personales con lo que tenemos que hacer ahí dentro. Hemos cambiado, estamos cambiando. Esto ya no va a ser lo que era.

Leo a Brian Bacon, un consultor que lanza un mensaje muy bonito a las organizaciónes: chavales, la misión, la visión y todo lo que os habéis inventado para justificar vuestra presencia, no sirven. Ahora, lo que de verdad sirve, es que tú, como líder, quieras hacer que tu gente sea feliz. y vivan mejor. Ése es el único valor que debe mover a tu compañía.

En el momento Forrest Gump que os contaba antes, me vino a la cabeza algo que voy a comenzar a desarrollar y que me gustaría que fuera la base de un seminario que si el mundo quiere, comenzaré a impartir en el mes de septiembre. La idea de partida es la siguiente (a ver qué opináis):

"El retorno de la inversión (ROI) que es consecuencia de una inversión de innovación en marketing, sólo consigue incrementar el valor especulativo de tu marca o de tu organización"

Sí, sé que es un poco complejo. Lo explico de otro modo: imagina que con esto de internet, inviertes en hacer llegar tu producto o servicio de otra manera a tu cliente. Haces una inversión y consigues un beneficio, un retorno. Pues bien, si sólo te has dedicado a innovar en ese aspecto, y no te has preocupado de lo que algunos autores hemos empezado a llamar innovación orgánica ( en su versión más simple, hacer que tu gente sea feliz) lo que habrás conseguido es incrementar el valor especulativo de tu marca. Habrán subido el valor de tus acciones, pero en el medio plazo, seguirás teniendo el mismo tamaño, pues no has invertido en lo que de verdad te hace crecer.

En el seminario que estoy empezando a diseñar, argumentamos esta idea. Explicamos y ponemos ejemplos de empresas que no tuvieron en cuenta la innovación orgánica; la transformación de sus ideas. Explicaremos cómo puedes cambiar las cosas no desde la punta del iceberg (que como dice Bacon, lo haces usando misión, visión etc) sino el fondo, las corrientes subterráneas, lo que de verdad mueve al mundo.


4 comentarios:

  1. Muy interesante y en la línea de lo que yo quiero hacer también. Avisa cuando sea el seminario y nos vemos.

    Un saludo

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  2. Alicia

    Interesante. Son ideas que calan. Yo te animo a que sigas. Tienes razón en mucho de lo que dices y en cómo lo indicas.

    Soy de los convencidos de la opinión que estamos en un momento verdaderamente excepcional donde podemos tomar acción y partido. La transformación implica una mayor participación de las personas con talento ( que somos todas).

    Por otro lado, mi escepticismo crece en lo que se refiere a la implementación de ese cambio. Empezando por nosotros, "la gente de la Red", que debemos de innovar para transformar y eso implica "hacer", algo que echo en falta en los últimos tiempos y que cada vez me aleja enormemente de lo "2.0"....pero retomaré la confianza con posts así,,,,seguro!! :-)

    Un abrazo y enhorabuena

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  3. En mi momento "Forrest Gump, mirando al cielo comiendo bombones" yo aumenté 45 kilogramos y mi glucemia se disparó a 256. Además de eso, comprendí que las ideas tienen valor cuando se implican en el cruce de dos cadenas: 1) la necesidad, 2) la satisfacción.

    ¿Quién puede "cambiar desde la parte sumergida del iceberg"? ¿Cómo satisfacer al que tiene el coraje de emprender un cambio "revulsivo" de su estructura apuntalando solo cómo gestiona sus procesos?

    Ay... Chavero... si en un próximo post me respondes o intentas responder estas dos cuestiones voy a adh€rir a tu idea con aport€s concr€tos a su d€sarrollo. Pero no me refrites los magníficos vídeos de Joel Barker del siglo pasado.

    Tampoco utilices las analogías de "La Gestión del Cambio Iceberg de Wilfried Krüger" que son más antiguas todavía y caerías en un "mas de lo mismo" por el lado equivocado: desde "la oferta que no percibe a la demanda".

    ¿Qué no estoy ayudando? No. ¿Qué te estoy complicando? Ni (ni no, ni si).

    Te estoy desafiando.

    Más allá de lo que tu opines sobre si yo hablo «mucho» o «muchísimo», tengo la certeza que personas con tu talento pueden crear maravillosas soluciones a muchas nuevas necesidades que aún todavía no se ven, que van a emerger a la superficie el día que comience a replegarse "el tsunami".

    Ay, Chavero. Vas bien. Comienzas muy abajo. Deja los bombones, saluda a Forrest y ponte a trabajar, peque. Que se viene el día "D" ("D"espués "D"el "D"esastre).

    Cordial saludo, con afectuoso abrazo.

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  4. Interesante reflexión !.
    Hace unos días leía un post en desencadenado.com titulado: 9 principios de management sin management.

    En concreto me hizo reflexionar el cuarto principio en el que afirmaba: los empleados son más importantes que los clientes.

    Esta afirmación provocadora, en tanto en cuanto contradice los estandares del management me parece acertadísma puesto que dificilmente podremos crear valor para nuestros clientes si no disponemos de un entorno de trabajo harmonioso donde las personas se sientan como tales.

    Desde mi experiencia dentro del mundo de la empresa industrial este axioma toma mayor importancia, si cabe, puesto que las personas tienden a gestionarse como meros recursos productivos con políticas cuantitativas que obvian la necesidad de satisfacer la dimensión qualitativa de dichos individuos.

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