02 octubre, 2010

La novia de papá, o el cambio hacia lo efímero.

Ayer, una frase me descolocó. Decía lo siguiente: "Dilatar la recompensa es incongruente en un contexto de relaciones efímeras" la dijo un profesor de la Escuela, José Aguilar.

Me recordó a aquello que una vez leí en un libro de Antonio Damasio, que decía algo así como que intentamos reconvertir rápidamente una estructura primate, adptándola a un entorno de Mad Men, sin entender que no se hace a través de un bit de información, sino de unos cientos de años de costumbres y procesos culturales... A lo que voy: nos creemos evolucionados, y como decía ayer mi amiga Bárbara "un emprendedor es un autónomo de toda la vida"

Vivimos en un contexto de relaciones éfimeras. Desde la posición de lo volátil, el compromiso se adquiere en la distancia, libertad mediante.

Las relaciones personales se enfrentan a lo que Paloma Bravo en su libro La novia de Papá llama "las nuevas familias" Un libro de mirada tierna y para mi gusto, un pelín rosa, que versa sobre cómo una mujer soltera e independiente, reconvierte su vida para adaptarla a los retazos del hombre que ama, cuya mochila tiene entre otras facetas, dos hijas y una adpatación constante. El libro está bastante bien, descubres una psicología infantil desconocida y bastante divertida.

Este libro y la frase de ayer, me han llevado a tener algunas reflexiones.

Continuando con lo volátil y lo efímero, conozco a la perfección lo que supone ser la novia de papá. Conozco muy pero que muy bien la cantidad de mujeres casadas que viven en los mundos de Yupi. Una procura no perder la esperanza y seguir otorgando el beneficio de la duda, donde habita la idea de que el hombre no es cobarde, y la mujer no es arpía. Una procura entender que lo de la pareja es la mayor mentira jamás creída y que cada uno, sale como puede del marrón que le ha caído.

Y sin saberlo, estamos configurando una nueva sociedad donde nos cuestra creer que el sacrificio es felicidad. La inmediatez de la información es proporcional a la inmeditaez con la que pensamos que se asimila una derrota. El sentido de pertenencia es algo más profundo que tener una hipoteca. Las novias de papá están por todas partes. La doble moral es aceptada y desaparece la culpabilidad de tener un olor desconocido entre las manos.

La buena noticia es que no importa. Nadie es libre de juzgar porque todos somos iguales. Quizá el ser humano no es endogámico ni monoteísta, ni por supuesto, monogámico. Venimos del mono sí, pero el hábito no hace al monje.

7 comentarios:

  1. Anónimo3:22 p. m.

    Ya le dije yo cierta vez a nuestra amiga Bárbara que esa frase contenía un enorme desprecio implícito: sin negar que existe probablemente muchas personas y usos sociales que, como tantas veces, emplean conceptos vacíos de contenido o que se apuntan al carro de las modas y las palabras que adquieren valor, la reflexión inversa es posible.

    A saber: "autónomo" es ese nombre que procedente de la legislación ha quedado en la mentalidad española hacia aquél que no pudiendo tener una nómina garantizada - por tanto, sociológicamente al borde del perdedor - vivía en la venta de seguros, cosméticos, del taxi o en las chapuzas de la construcción. No tenían esa consideración de "autónomo" otros que cotizaban en su régimen, como los abogados socios de despachos.

    Es decir, existe un desprecio social implícito al "autónomo" propio de un país de funcionarios y bienpensantes, que espera, como decían aquéllas madres y abuelas de sus hijos y nietos que la gente "no se destaque", que no sea tonta y "se coloque bien". O, en el colmo de la satisfacción familiar, "haga oposiciones".

    El emprendedor es, conceptualmente mucho más. Es el reconocimiento del esfuerzo dándole consideración social a quien construye su destino labrando un negocio propio de cualquier dimensión. A quien crea cosas nuevas. Hay quien, apurando eso que en inglés se llama hype, habla de emprendedores sociales para los que crean fundaciones y asociaciones (eso que ahora se llaman ONG's y sí, de toda la vida fueron asociaciones y fundaciones y alguien se creyó que sólo eran cosas "solidarias": como su nombre indica, es cualquier cosa sin ánimo de lucro que no son del gobierno).

    Es decir, los eufemismos nos llevan a llamar "empleados de fincas urbanas" a los porteros. Pero llamar emprendedor a alguien no es un eufemismo para no llamarse "autónomo", para empezar porque no proviene del "régimen de autónomos de la seguridad social" (ese donde están muchísimos administradores de SL's por cuestiones fiscales y legales), sino la valoración social de quien emprende sobre la base de que, antes de que emprenda, no había algo. ¿Tiene el autónomo de toda la vida que ver con eso? Pues los habrá que sí y los habrá que no.

    En un país que ha despreciado el comercio y el empresariado durante generaciones, calificar de "autónomo" a todo aquél que decide emprender, con todo el cariño a Bárbara, lo que se hace es emplear un sutil calificativo ideológico por el que ser empresario o comerciante no tiene prestigio si no eres ¿Botín? ¿La Koplowitz? o si de la nada no eres ¿Amancio Ortega?. Más bien se refiere al pringao que no puede ser otra cosa, porque nadie llama autónomo a un abogado con despacho.

    En fin, emprender no es lo mismo que ser autónomo. En absoluto.

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  2. Estimada Alicia:

    Me ha gustado tu artículo. Pero me ha gustado infinitamente más el comentario de criticidade.com.

    ¡Chapeau, Gonzalo!

    Un saludo,

    Manuel Delgado

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  3. Gracias Gonzalo por tu comentario.... pero te has quedado con una frase de un texto que no tenía nada que ver con el comentario que me indicas. En el post no hablo en absoluto da nada de lo que pones en tu comentario, y me hubiera encantado leer tu opinión sobre la novia de papá, qué es de lo que se habla. Me da pena que no hayas visto algo más que en él. Quizá no he sabido contar lo que quería..
    abrazo

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  4. Gracias Manuel por tu comentario. Pero, al igual que le digo a Gonzalo, este post no versa en absoluto sobre la problemática del emprendedor, y no quisiera que se utilizara este espacio como reclamo. Me encantaría recibir comentarios y opiniones que vayan acordes con lo que se cuenta, y no con la necesidad personal de cada uno de expresar aquello que le venga en gana, sin seguir el hilo conductor de lo escrito.
    Muchas gracias

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  5. Anónimo1:56 a. m.

    Ya lo siento, Alicia. Lamento no tener nada que decir sobre el resto. Pero la frase de los autónomos me ha tocado. No creo que sea del todo ajena a tus temáticas, aunque hoy te ocupes de otra cosa. Y, en el fondo, tampoco la veo tan lejana a tu post: si el ejemplo de no evolución es un autónomo... Así que voy a defender lo contrario.

    Si no te merece, modéralo. No me importa en absoluto. Si te he preguntado vía twitter es porque blogger no me ha dejado claro si era extenso y no lo publicaba por eso, al tiempo de que me aparecía en pantalla como si lo estuviera.

    Gracias en todo caso.

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  6. Anónimo11:49 a. m.

    He ampliado su foto y me recuerda muchísimo a mi mujer cuando tenía unos 25-30 años(ya hace tiempo que me dejó y está con otro tipo pero no me gusta llamarla ex, a los Ex-presidentes de Gobierno se les sigue llamando Presidentes)Ese peinado sencillo pero tan favorecedor y una cara que sin resultar del todo bella revela un punto resultón y atractivo irresistible.
    Si, todo lo que dice de la brevedad y la impermanencia es cierto.Mi mujer ahora está vendiendo bragas en un mercadillo junto a su nuevo compañero sentimental !Tres a un euro, niña,Tres! gritan a la par. La vida casi siempre tiene su puntito de sordidez.

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  7. Querida Alicia, gracias por tu acogida, me ha encantado conocerte y spero que el año que viene vengan más chicas10.
    bessss

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